lunes, noviembre 14, 2005


De Xalapa a la ciudad de México por Totalco y Zacatepec

Domingo 13 de noviembre de 2005. Despierto muy cerca del amanecer, cuando mis sobrinos regresan de una boda. Con el trino de los pájaros qué me arrullan vuelvo a dormirme. Me despierto a las ocho y cuarto de la mañana cuando llega mi hijo David. Llega de blanco, ha terminado su guardia en el hospital. Me levanto, me doy un riego, baño en lenguaje jarocho, y desayunamos. Converso con mi hijo. Vamos a comprar yogurt y al estar cerrado todavía el local, nos dirigimos a comprar un reloj para él. Regresamos y él se va a dormir. Yo tomo mi libro y me pongo a leer.

Se levantan mis sobrinos, desayunan, nos platican de la boda, se despiden y se regresan a Veracruz, el puerto donde viven.

Nos preparamos para el regreso a la ciudad de México. Subimos el equipaje y víveres al vehículo, nos despedimos de mi hijo. La araucaria que ocupa todo el minúsculo jardín también nos despide y desde su tronco nos dicen hasta luego las orquídeas que ven pasar el otoño xalapeño.

Pasamos por Perote, compramos tortas y nos proveemos de jamón serrano y queso provolone. Pasamos Totalco donde aún permanece el casco de la antigua hacienda porfiriana, con una capilla de estilo barroco en la fachada. En los campos aledaños, solo filas de magueyes, como queriendo definir las melgas de los cultivos que ahí se hicieron. Termina Veracruz, principia Puebla y principia el tramo carretero de cuatro carriles.

Después de pasar por las cercanías de la Laguna de Alchichica, al terminar el tramo de cuatro carriles llegamos a Zacatepec. Ahí está la desviación a Tlaxcala. También ahí permanece el casco de otra hacienda porfirista, con sus fuertes circulares en las esquinas. Viejas paredes.

En Acatzingo nos incorporamos a la autopista. Pasamos Puebla. Llegamos a la última caseta. El tráfico se hace lento. Llegamos a la Avenida Zaragoza y tomamos por el Viaducto. Estamos, otra vez en la ciudad de México.

1 comentario:

c324r dijo...

Que foto tan bonita. Con eso me quedé mirándola y tras leerte, me dan ganas de más.

Que gran viaje, hasta se me antoja treparme al coche y simplemente viajar... viajar.