Los 60 años de Rene Luis
Sábado 26 de noviembre. Llegamos a la fiesta de cumpleaños de René Luis cuando ya había empezado. Para llegar tuvimos que superar, esperar y soportar el lento, lentísimo tráfico en la avenida de los Insurgentes. Después de comprar un libro de medicina para mi hijo David en la Librería Internacional que está en la calle Sonora a media cuadra de Insurgentes, nos incorporamos a ésta. Fue lento, tan lento que hicimos una hora para legar al salón de la fiesta, en un hotel, a media cuadra del Paseo de la Reforma.
En la fiesta, sirvieron la comida, acompañada de un exquisito vino chileno. Al finalizar la comida, la esposa de René Luis, apoyada con una secuencia fotográfica en una pantalla, hizo una remembranza de la vida de René Luis. Desde que nació hasta los momentos que estábamos viviendo. Fue invitando a tomar la palabra a algunos de los amigos y familiares de René. Se hicieron comentarios elogiosos a la trayectoria del festejado.
El conjunto musical reanudó su intervención, ahora con María José, hija de Rene, interpretando una melodía de Selena. Muy buena interpretación que dedicó a su papa. Siguió el grupo musical e inició el baile.
En una segunda ronda de intervenciones, un compañero de la vida estudiantil de Rene, en Monterrey, le dedicó unas palabras. La esposa de Rene preguntó si alguien más quería decir algo. Me levanté y fui hacia el micrófono y dije, más o menos así: Recuerdo cuando conocí a René, hace 27 años, en Oaxaca. El llegaba muy elegante a la oficina, con su paraguas de bastón. Algunos le decían, o le decíamos El francés, yo en aquel tiempo era practicante. Después de algunos años, con motivo del trabajo, René nos visitó en Veracruz, conoció mi hijo. Después tuvimos la oportunidad de viajar y conversar, como lo hicimos una vez, en una camioneta chedrón, desde Monterrey, mejor dicho desde Chipinque hasta Victoria y lo dejamos en su casa, la casa de su mama. Después tuvimos encuentros en Tampico y Xalapa. Hace pocos domingos nos encontramos en el lugar idóneo: La cantina, si, después de no habernos visto por siete años nos encontramos en La Opera. Felicidades. Que siga cumpliendo muchos años.
Lo que no dije y me acordé después, es porqué le decían El francés. El había hecho una especialización en Francia, en un intercambio con Electricité de France. Compartió sus experiencias y conocimientos con nosotros para mejorar nuestra empresa. En otra ocasión, llegué a abordar el avión en el último momento y René ya estaba a bordo, yo había viajado desde Tamiahua, en el norte de Veracruz, donde habíamos atendido una contingencia provocada por el huracán Gert, a Xalapa y luego a Veracruz a tomar un primer avión, para viajar a Dallas y de allí a Seattle. En esta ciudad participamos en un seminario de innovaciones tecnológicas y de software relacionados con nuestra especialidad. Disfrutamos conociendo la ciudad, viajamos en el monorriel, fuimos a la Space Needle y desde allí contemplamos el paisaje urbano, que estaba rodeado de lagos y montañas.
Más tarde nos despedimos y retiramos de la fiesta. La fiesta de los 60 años de Rene Luis.
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