De la ciudad de México a Veracruz y de ahí a Xalapa
Ayer, llegué al aeropuerto a 6:48 de la mañana. Recogí en la guardería de equipaje mis maletas y documenté una de ellas, para salir a Veracruz en el vuelo en que me reacomodaron por la cancelación del día anterior.
Cuando me dirigía al mostrador de la línea aérea me encontré a mi primo Noé, quién viajaba de regreso a Mexicali. Desayunamos, mientras separábamos nuestros vuelos, y conversamos.
Abordamos el avión que salió casi a tiempo. La llegada a Veracruz fue con vibración del aparato por los vientos del norte y lluvias. Descendimos en medio de la lluvia. Me esperaba con el auto mi hijo David.
Al intentar salir del estacionamiento no pudimos hacerlo en la primera ocasión, tuvimos que regresar a la sala a pagar, en una máquina, el costo del estacionamiento. De las dos máquinas que hay para ello, una estaba fuera de operación y la única que funcionaba se trabó con nuestro comprobante. Buscamos al encargado, quien trató de arreglar la falla del aparato Lo convencimos de que nos cobraran en la caseta de salida del estacionamiento, por radio le dijo a la persona encargada que nos cobrara y finalmente pudimos salir del aeropuerto.
Con la lluvia y el viento del norte llegamos a Veracruz. Fuimos a visitar a unos familiares.
Salimos a la carretera con un intenso tráfico, provocado por los espectadores del carnaval, cuyo desfile del día domingo resultó aguado, en medio de la lluvia y viento. Por la televisión local se vio que las gradas estaban vacías y los carros que desfilaron lo hacían sin bailarinas o cubriéndose de la lluvia.
Por la lentitud con que avanzaba el gran tráfico de vehículos, pudimos ver en la orilla de la carretera unas bardas con leyendas sobre la actuación del Presidente Vicente Fox y su esposa, donde los comparan con la frustrada pareja imperial que pretendió gobernar México en el siglo XIX.
Con tardanza, llegamos a Xalapa, donde empezaba a soplar viento del norte. Estamos de regreso en casa.
1 comentario:
Viajando intensivamente de la mano de mi capitana, estoy aquí.
Un abrazo, la ausencia ha sido solamente de comentario, la lectura y el deleite de las imagenes sigue, y sigue. Gracias!
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