domingo, enero 22, 2006


Concierto en la Sala Nezahualcóyotl

Antes del mediodía, salimos de donde vivimos en la ciudad de México. Nos incorporamos a la avenida de los Insurgentes con dirección hacia el sur. En pocos minutos ya estamos en las inmediaciones de la Ciudad Universitaria, a la derecha vemos el Estadio Olímpico México 68. Seguimos y llegamos al Centro Cultural Universitario. Estacionamos el vehículo.

Entramos a la Sala Nezahualcóyotl. Hacemos una fila de espera breve en la taquilla, compramos los boletos. Subimos hacia la puerta de entrada, entramos a la sala de conciertos. Una sala de formas poliédricas. Estamos dentro de un gran poliedro. Nos acomodamos frente al sitio destinado a la orquesta. Del techo pende un gran conjunto que es a la vez plafón y luces.

La primera llamada es mediante un sonido cómo de un gran diapasón. Van llegando más personas a la sala. Los músicos, hombres y mujeres van llegando, van afinando sus instrumentos. Segunda llamada, el mismo sonido repetido dos veces del diapasón. Ya están todos los integrantes de la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México –OFUNAM-. Tercera llamada. Entra el director –Zuohuang Chen-, saluda a dos violinistas y sube a su podium.

Al frente a la izquierda el que tocará solamente el pandero, luego los violines. A la derecha cellos y contrabajos. Inicia el concierto. Primero una flauta, seguida del clarinete, luego los violines, luego toda la orquesta, hacen la música. La música.

El concierto es en homenaje a Dmitri Shostarkovich y las obras que se interpretan son de él. Primero la suite de la Edad de Oro: Introducción, adagio, polka y danza. Aplausos. Un breve receso para colocar el piano, justo frente a donde estamos. Continua el Concierto para piano y orquesta no. 2 en fa mayor: Allegro, andante y allegro. Una magnífica intervención del pianista -Giampaolo Nuti-, quien corresponde el gran aplauso con otra corta intervención solo. Todos, incluida la orquesta lo escuchamos. Aplausos. Intermedio.

Salimos un momento de la sala. Hace un frío suave. Regresamos.

Inicia la segunda parte. Sinfonía no. 10 en mi menor: Moderato, allegro, allegretto y andante – allegro. Termina el concierto. Un gran aplauso corresponde a la maestría de la orquesta. El aplauso se prolonga. El director reconoce la ejecución y dirige el aplauso, a las flautas, el trombón, las percusiones, los violines, los cellos, los contrabajos, a toda la orquesta. Toma de la mano al primer violinista y salen. Salimos de la sala.

Tomo una fotografía de la escultura de Rufino Tamayo. Que está frente a la sala de conciertos. Preguntamos como salir para tomar la avenida Insurgentes hacia el norte. Abordamos el vehículo y salimos.

Vamos por la avenida. A nuestra derecha la Rectoría y la Biblioteca Nacional de la UNAM. A nuestra izquierda el Estadio Olímpico. Por la incorporación de los autos de quienes van saliendo de éste, el tráfico es muy lento, se detiene. Tomo fotografías. Vamos avanzando lentamente en el tráfico inmenso de la ciudad de México…

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