Ayer, vispera dominical, caminé algunas cudras del antingüo barrio de Jalatlaco. Donde existieron curtidurías, ahora se aprende y se hace arte. O se pude disfrutar de una comida con el sabor oaxaqueño.
Con el arte en las paredes se defiende el maíz de la penetración de los transgénicos.
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