Amaneciendo: Partimos a La Joya, población sobre la carretera al centro del país, en las faldas del Cofre de Perote.
Mañana: Llegamos, instalamos el toldo de protección y la mesa receptora de la Consulta sobre el destino de la industria petrolera mexicana. Vienen los primeros participantes, emiten su voto depositandolo en la urna. Las urnas las prestó el Instituto Electoral Veracruzano.
Mediodía: Siguen llegando votantes. Un campesino me pregunta de que se trata, le explico. Me dice que va a su casa por su credencial de elector para participar.
Tarde: Seguimos esperando participantes. Vuelve el campesino con su credencial, muy protegida para que no se deteriore. Emite su opinión. Guarda con mucho cuidado su credencial. Me dice que va a ordeñar algunas de sus vacas y no quiere que se ensucie el documento identificador. Nos damos la mano. Se va.
Más tarde: Se concluye la recepción de opiniones. Se hace el conteo de votos. Se formula el acta de escutinio. Dejamos en el sitio una cartulina con el resultado. Regresamos a Xalapa.
Resultado: Diez a uno.
Noche: Comentarios con otros compañeros, varios de ellos maestros universitarios. Uno de los dirigentes partidarios en el Estado de Veracruz, a solicitud nuestra, nos da información: En Veracruz se instalaron 680 casillas, la votación de 122 ya computada marca una tendencia de veinte a uno.
L@s mexican@s no queremos la privatización de la industria petrolera nacional.
Un buen ejercicio de democracia directa.
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