El paseo dominical se anticipo un día. Vimos el agua cayendo, corre fría desde el Cofre de Perote por la montaña, entre los grandes árboles que sobreviven a la deforestación. La majestuosa cascada de
Texolo, tan alta como pocas en México, no he visto otra más alta.
Siguiendo el sendero, arroyo arriba, está la otra cascada, la De la Monja, de poca altura, muy ancha y con una caida fuerte. Espuma blanquísima.
Agua que viene de la montaña alta y que llegará al mar.
1 comentario:
Qué belleza...
Besos.
Publicar un comentario