domingo, octubre 26, 2008

Monumento a la Revolución


A media mañana, con la vuelta al horario normal, miles de mexican@s nos congregamos en la explanada frente al Monumento a la Revolución. Llegamos por la avenida Juárez. El motivo: La defensa del petróleo. La demanda concreta: Que se inscriba en el dictamen de la Ley de Petroléos Mexicanos una prohibición expresa al otorgamiento de contratos para exploración y explotación de petróleo por bloques o regiones.


Al fondo, detras del templete, en la confluencia del Paseo de la Reforma y la avenida Juárez, la silueta de la Torre Caballito donde los Senadores aprobaron la reforma petrolera que no satisface a los defensores del petróleo. Sólo se piede que se agregue: No se suscribirán contratos de exploración o producción que contemplen el otorgamiento de bloques o zonas estratégicas. Eso es todo. El semanario Proceso publica un reportaje que asegura que tal prohibición ya estaba en el predictamen de los Senadores el martes 21 y sin explicación alguna se retiró y ya no estuvó en el dictamen que se aprobo el jueves 23.

Un recuento de las modificaciones legales que a lo largo de los últimos 16 años han minado la capacidad del Estado en el ramo energético fue hecho por el único orador del acto: Andrés Manuel López Obrador.


Tres destacadas mujeres de esta lucha: Rosario Ibarra de Piedra, quien en una esquina, después del acto, nos platica cómo vivió en la sede alterna del Senado, la Torre Caballito, la incursión de la Policia Federal, junto con Laura Esquivel y Elena Poniatowska.


Rememorando a Diego Rivera, que cerca de este lugar pintó un mural, podría decirse que fue Una mañana dominical de lucha por el petróleo de Mexico en la Plaza de la Revolución.

2 comentarios:

Martha Avelina Rojas dijo...

qué excelentes posts! Lo del petróleo: no sería bueno señalar cuáles son las zonas estratégicas?
Incluí tu blog en Literatura y Periodismo.
Un abrazo afectuoso.

marichuy dijo...

Elonai

Que cosas mas terribles pasan en nuestro país... y el nefasto Mouriño, feliz... el muy infeliz.