domingo, agosto 30, 2009

Vid


Al fin del pasillo que da acceso a la casa, como marco de la puerta principal al corredor, está la planta enredada y sus verdes frutos penden de sus delgadas ramas.


A contraluz parecen transparentes. Se antojan deliciosas. Son la vida.

domingo, agosto 23, 2009

Xalapa: El nuevo puente roto


Sobre la avenida Lazaro Cárdenas, ahora llamada así y que en realidad es la carretera que va del Puerto de Veracruz al Valle de México y quedó atrapada en la ciudad, construyeron recientemente tres puentes, el de enmedio se cayó el pasado jueves en la madrugada. Ese puente se llama Fidelidad, no porque sea fiel precisamente. Ahora para tomar la avenida Murillo Vidal, para ir al centro de Xalapa, hay que dar un rodeo en la glorieta de la Araucaria, donde está uno de los puentes. Al pasar por allí y ver la mole metálica que representa al árbol originario del sur del continente surge la pregunta ¿y si todo ese acero formara parte del puente, éste sería mucho más seguro?

En la espera del semáforo, el malabarista hace su presentación para obtener algún ingreso. Así va sucediendo la vida en la capital de la fidelidad.


En el centro de la ciudad se disfruta del último día de las vacaciones escolares. Un saxofonista da un concierto y espera la generosidad de los escuchas.


Mañana el tránsto de autos será mucho más difícil en esta ciudad de congestionamientos viales cotidianos.

domingo, agosto 16, 2009

Pico de Orizaba


Desde el Valle de Perote se ve más cercano que desde Xalapa o desde el puerto de Veracruz. Está detras de varias elevaciones de la gran cordillera. El Pico de Orizaba -Citlaltepetl- se yergue al fondo, más allá del Valle, más allá de las comunidades que siguen su lucha por conservar el medio ambiente que les ha sido alterado por la invasión de granjas porcicolas. El volcán sigue siendo el centinela de esta parte del mundo.

domingo, agosto 09, 2009

Entre ríos


Se llega a la ciudad al cruzar por el puente sobre el río Carrizal. Ya en la ciudad se cruza el caudaloso Grijalva. Así es Villahemosa una ciudad entre ríos. De las veces que he estado en esta ciudad es la primera que veo la Catedral, es una de las más altas de las que he visto.

Agua que surca estas llanuras y las mantiene verdes. Por esas aguas Carlos Pellicer nos legó este poema dedidcado a Tabasco:

CUATRO CANTOS EN MI TIERRA

A Noé de la Flor Casanova


I

TABASCO en sangre madura
y en mi su poder sangró.
Agua y tierra el sol se jura;
y en nubarrón de espesura
la joven tierra surgió.

Tus hidrógenos caminos
a toda voz transité
y en tu oxígeno silbé
mis pulmones campesinos.

A puños sembré mi vida
de tu fuerza vendaval
que azúcar cañaveral
espolvorea en la huida.

El tiempo total verdea
y el espacio quema y brilla.
El agua mete la quilla
y de monte a mar sondea.

Pedacería de espejo.
La selva, encerrada, ulula.
Casi por cada reflejo
pájaro que se modula.

Más agua que tierra. Aguaje
para prolongar la sed.
La tierra vive a merced
del agua que suba o baje.

Cuando la selva repasa
su abecedario animal
relámpago vertebral
de caoba a cedro pasa.

Flota de isletas fluviales
varó en flor la soledad.
Son de todo eternidad
y de nada temporales.

El mediodía tajado
de algún fruto tropical
tiene un sabor de cristal
sonoramente mojado.

Hay en la noche un instante
de vida, que si durara,
húmeda la muerte alzara
cual un terrible diamante.

Y a veces en la ribera
es tan fina la mañana
que la sonrisa primera
todo el día nos hermana.

Tiempo de Tabasco; en hondo
suspiro te gozo así.
Contigo, cerca de mí
tiempo de morir escondo.

Arde en Tabasco la vida
de tal suerte, que la muerte
vive por morir hendida,
de un gran hachazo de vida
que da, sin querer, la suerte.

II

La ceiba es un árbol gris
de gigantesca figura.
Se ve su musculatura
medio manchada de gis.

Es el árbol que hace todo;
yo lo he visto trabajar
y en la tarde modelar
sus pajaritos de lodo.

Ceiba desnuda y campal
cuya fuerza liberó
bosque y cielo y estrenó
su claro de matorral.

En desnudo pugilato
parece que así despejas
el campo y que le aconsejas
a todo árbol buen recato.

Navegando por el río,
súbitamente apareces.
Te he visto así, tantas veces,
y el asombro es siempre mío.

Cuando en el atardecer
todo Tabasco decrece
y el aire en los cielos mece
lo que ya no pudo ser,
con qué bárbara grandeza
das la razón al paisaje
que con oscura certeza
se adueñó de algún celaje
con que así la noche empieza.

Ceiba te dije y te digo:
colgaré mí corazón
de un retoño de tu abrigo;
tendrá su sangre contigo
altura y vegetación.

III

Una laguna que llega
y una laguna que va.
Si la luz de frente anega
o la luz de lado da
el jacintal que congrega
su poesía despliega
que en mi voz cintilará.

Hay más laguna que luna
en la noche que es tan clara.
Semeja que el cielo usara
luz modal de la laguna.
Hay más laguna que luna.

Tiempo lagunar que cabe
para siempre en nuestra vida.
Que no se cierre la herida
que por su boca se sabe
la llegada y la partida.

Estábamos la laguna
y yo.
Como esa noche...
Con más laguna que luna
la noche se desnudó.
Sudor de intemperie humana
que el aire sutil saló
y en su humedad levantó
flor lujuria rusticana.

Tu adolescencia suspira
junto a mi pecho velludo.
El tiempo es tiempo desnudo
y su largo cuerpo estira.

Si por besarte viví
con más laguna que luna,
fue más luna que bebí
que el agua de la laguna
que a raya en cielos tendí.

Como esa noche...

IV

El agua es laguna o río.
Un espejo se quebró.
Por todos lados miró
la desnudez del estío.

Con el agua a la rodilla
vive Tabasco. Así dama
de abril a octubre la flama
que hace callar toda arcilla.

Si por boca de la selva
largó la verdad su grito,
miente el silencio infinito
del agua que el agua envuelva.

Llueve lejos, por la sierra.
Llueve a tambor y clarín.
Toro del agua, festín
corre por toda la tierra.

Joven terrón cuaternario,
por tu cuerpo de aluvión
sangra el verde corazón
de tu enorme pecho agrario.

Lo que muere y lo que vive
junto al agua vive y muere.
Si en lluvia el cielo así quiere
moje su noche en aljibe.

Más agua que tierra. Aguaje
para prolongar la sed.
La tierra vive a merced
del agua que suba o baje.

Brillan los laguneríos;
en la tarde tropical
actitud de garza real
torna el aire de los ríos.

La noche en lluvia y batracio
retiñe el nocturno verde
y al otro día se muerde
verde el verde del espacio.

Agua de Tabasco vengo
y agua de Tabasco voy.
De agua hermosa es mi abolengo;
y es por eso que aquí estoy
dichoso con lo que tengo.

Villahermosa, Tabasco, 1943.

domingo, agosto 02, 2009

Cascadas


El paseo dominical se anticipo un día. Vimos el agua cayendo, corre fría desde el Cofre de Perote por la montaña, entre los grandes árboles que sobreviven a la deforestación. La majestuosa cascada de Texolo, tan alta como pocas en México, no he visto otra más alta.

Siguiendo el sendero, arroyo arriba, está la otra cascada, la De la Monja, de poca altura, muy ancha y con una caida fuerte. Espuma blanquísima.

Agua que viene de la montaña alta y que llegará al mar.